Por Javier Castañeda
Pueden pensar que se trata de un extraño híbrido o de una disciplina de moda, pero no tardará en llegar. Mientras que el planeta entero parece haber sucumbido ante los encantos de la Era de la Información, que opera bajo un síndrome de comunicabilidad total; el abuso y el exceso de información parecen llamar a gritos a un sentido común todavía inexistente, a un desarrollo informacional sostenible, a una ecología digital que preserve al planeta y sus habitantes de la info-basura, del ruido y del estrés de la comunicación permanente.
Síndrome de comunicabilidad total Pues así están las cosas. El planeta entero, o mejor podría decir, la parte conectada o desarrollada del planeta, ha entrado en una espiral de comunicabilidad total. Toda la humanidad constantemente comunicándose entre sí, a todas horas, por todos los medios. Según ha calculado el estudio How much information?, la humanidad genera cada año unos dos exabytes de información (dos mil millones de gigabytes).
La web visible ocupaba en la fecha del estudio más de 7,5 terabytes de texto y la web profunda, según un estudio de BrightPlanet, suma más de 7.500 terabytes de información. Hablamos de más de 5 millones de sitios web (según las conservadoras estimaciones de Inktomi), de 1.000 millones de páginas escritas (5 millones de ejemplares al minuto), sin contar correo electrónico, chats, newsgroups y al menos 250 millones de imágenes. Cifras vertiginosas que acertadamente compara José Antonio Millán: la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, la mayor del mundo con 20 millones de libros, son 20 terabytes de información.